La actuación de Garrett Crochet fue destacada, pero el joven lanzador novato Cam Schlittler logró superarlo con creces en un juego memorable. Con tan solo 24 años y en su debut en los playoffs, Schlittler dominó completamente a los Red Sox durante ocho entradas completas, sin permitir una sola carrera. En un enfrentamiento de alta tensión, de esos que definen temporadas, contra los eternos rivales de los Yankees, este joven asumió la responsabilidad como si fuera un veterano, cargando con el peso de toda la ciudad de Nueva York sobre sus hombros.
Durante su actuación, permitió únicamente cinco imparables, no otorgó bases por bolas y ponchó a doce bateadores, una cifra impresionante en cualquier contexto, pero aún más significativa dada la magnitud del encuentro. Su control, compostura y presencia en el montículo fueron dignos de admiración.
Lo que hace aún más increíble esta actuación es la historia que la rodea: un joven originario de Boston, vistiendo la camiseta de los Yankees, eliminando al equipo de su ciudad natal en el escenario más importante. Es un momento que será recordado por años, no solo por su brillante desempeño, sino por el simbolismo detrás de él. Sin duda, lo que hizo fue una obra de arte en el béisb
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